"Nunca le des la mano a un pistolero zurdo", escrita por Benjamín Prado en 1996, es una obra que se adentra en los oscuros recovecos de la memoria y la amistad a través de una estructura narrativa singular. Ambientada en un entorno contemporáneo, la novela mezcla elementos del género gótico con el relato policiaco, aderezados con una dosis de humor negro y poesía. La historia gira en torno a la enigmática desaparición de Israel, un personaje cuya vida parece ser tan atrayente como misteriosa.
A lo largo de la novela, tres amigos de Israel se ven envueltos en una serie de entrevistas con el autor, en las que intentan reconstruir y comprender la vida del desaparecido. Cada amigo aporta una visión diferente, fragmentada y a veces contradictoria, que revela más sobre sus propias percepciones y emociones que sobre la figura ausente de Israel. Estos relatos ponen de manifiesto la influencia de la cultura contemporánea—desde la música moderna hasta el cine, pasando por el cómic y la televisión—en la formación de la identidad y los recuerdos.
Benjamín Prado maneja con destreza el lenguaje, dotando a la narrativa de un ritmo ágil y una frescura inteligente. Sin embargo, la obra es también un reflejo crítico sobre la literatura y sus convenciones, cargando a veces en exceso con referencias y alusiones literarias que pueden abrumar al lector. A pesar de estos juegos verbales y conceptuales, la esencia de la trama, el drama de la vida de Israel, puede sentirse distante, como si el lector observara los acontecimientos desde fuera, sin llegar nunca a penetrar completamente en la verdadera naturaleza del protagonista.
En última instancia, "Nunca le des la mano a un pistolero zurdo" no solo es una exploración de la amistad y la pérdida, sino también una indagación sobre cómo las historias que contamos sobre otros moldean nuestra propia realidad. El libro desafía al lector a cuestionar la veracidad de los recuerdos y la posible imposibilidad de conocer verdaderamente a otra persona, especialmente cuando esa persona ha desaparecido dejando tras de sí un enigma irresoluble.