Nunca, nunca, una novela coescrita por Colleen Hoover y Tarryn Fisher, sumerge a los lectores en un intrigante misterio romántico donde el olvido y el amor se entrelazan de manera desconcertante. Publicada por Planeta Ediciones, esta historia se desarrolla en un contexto donde Charlie Wynwood y Silas Nash, dos almas unidas desde la infancia y transformadas en amantes durante la adolescencia, enfrentan un despertar alarmante: no se reconocen el uno al otro y sus memorias compartidas han desaparecido sin dejar rastro.
La trama de Nunca, nunca se desarrolla lentamente, construyendo un suspense que mantiene a los lectores al borde del asiento, deseosos de descubrir la causa de esta amnesia colectiva. Aunque la narrativa progresa a un ritmo pausado, cada capítulo añade más preguntas que respuestas, creando un efecto de intriga que impulsa la lectura hacia adelante. El final del libro, si bien revela ciertos detalles, deja abierta la puerta a una continuación que promete desentrañar completamente el misterio.
Sin embargo, a pesar de la premisa fascinante y el estilo atractivo de las autoras, la novela parece no cumplir del todo con las expectativas, especialmente para aquellos familiarizados con el trabajo previo de Hoover en el género thriller. Los personajes principales, aunque están meticulosamente diseñados para adaptarse a esta narrativa de desconocimiento mutuo, no logran establecer una conexión profunda con el lector, lo que puede atribuirse a su propia confusión y la falta de autoreconocimiento.
Además, la edición en español latino de la novela ha presentado desafíos adicionales para algunos lectores, con expresiones y términos que pueden resultar ajenos o dificultan la fluidez de la lectura para aquellos no familiarizados con el dialecto. No obstante, es importante destacar que la calidad literaria de Hoover y Fisher sigue siendo evidente, incluso si la traducción ha pesado en la experiencia de algunos.
En resumen, Nunca, nunca es una obra que, aunque introductoria y con un ritmo deliberadamente lento, establece un misterio cautivador que seguramente será explorado más a fondo en sus secuelas. Aunque esta primera entrega puede no ser suficiente para satisfacer a todos los seguidores de Hoover o nuevos lectores del género romántico, ofrece suficientes elementos de suspense y romance como para considerar la continuación de la trilogía, especialmente para aquellos que quedan intrigados por el enigma central de la historia.
