Publicado en 1944, "Pabellón de reposo" de Camilo José Cela se despliega en el escenario sombrío de un sanatorio para enfermos de tuberculosis, resonando con obras como "La montaña mágica" de Thomas Mann y "The Straw" de Eugene O´Neill. En este ambiente reclusivo y marcado por la enfermedad, Cela nos introduce en un microcosmos donde siete pacientes terminales, despojados de sus nombres y reducidos a números de habitación, comparten sus reflexiones y vivencias a través de escritos personales.
Estos pacientes, variados en edad y clase social, exploran en sus textos el mundo que han dejado atrás, sus miedos, esperanzas y el día a día del tratamiento en el sanatorio. A pesar de la gravedad de su situación, las reflexiones tienden a enfocarse más en el presente que en la inevitable muerte. Esta adaptación al aislamiento y la enfermedad parece unificar sus voces, lo cual resulta en una homogeneidad narrativa que puede percibirse como una limitación del texto. Cela, inspirándose en su propia experiencia con la enfermedad, proyecta en estos personajes un conjunto de sensaciones que, aunque ricas en matices, fallan en capturar la diversidad de respuestas individuales ante el dolor y la desesperación.
Desde el punto de vista literario, el libro presenta una estructura de monólogos internos donde cada paciente expresa su interioridad sin recurrir a diálogos o interacciones dramáticas. Este enfoque refuerza la sensación de aislamiento y reflexión introspectiva, pero también plantea preguntas sobre la verosimilitud y la diversidad de voces. La uniformidad en el estilo y en la profundidad emocional de los personajes puede hacer que el lector encuentre la narrativa menos creíble y monótona, restándole impacto a lo que podría ser una poderosa exploración del sufrimiento humano y la aceptación de la propia mortalidad.
A pesar de estas críticas, "Pabellón de reposo" se mantiene como una obra significativa en la literatura de posguerra española, ofreciendo una mirada íntima y a menudo poética a la vida en los confines de un sanatorio. La habilidad de Cela para evocar la atmósfera del sanatorio y la introspección de sus personajes es notable, aunque el tratamiento homogéneo de sus voces pueda parecer una oportunidad perdida para explorar más profundamente la diversidad de la experiencia humana ante la adversidad.