"Parábola de la vieja tortuga", del destacado autor angoleño Pepetela, nos sumerge en una narrativa situada en un territorio sin nombre, en un tiempo que podría ser el presente. En este escenario, los ecos de la guerra civil y los vestigios de la colonización evocan las complejidades de Angola, aunque la obra extiende su mensaje a cualquier región que se encuentre entre conflictos y el anhelo de paz. Pepetela, a través de una prosa ágil y lineal, construye una poderosa alegoría sobre la supervivencia y la transformación social.
Los protagonistas de esta historia, Ulume y Munakazi —cuyos nombres significan "hombre" y "mujer" en la lengua nativa—, son el núcleo de una familia que se encuentra en la encrucijada de aceptar o rechazar los cambios que la nueva generación propone. En esta aldea de la selva, las antiguas tradiciones y costumbres familiares se enfrentan a nuevas formas de ver y vivir la vida, revelando una tensión entre lo viejo y lo nuevo que es tan personal como universal.
La obra no solo destaca por su narrativa, sino también por cómo integra elementos de la cultura ancestral, las leyendas y los dilemas morales que enfrentan sus personajes. Sin embargo, la inclusión de detalles eróticos, aunque criticados por algunos como innecesarios, añade una capa de realidad y humanidad a la historia, mostrando las complejidades del deseo y el amor en tiempos de crisis.
"Parábola de la vieja tortuga" es, en esencia, un llamado a la reflexión sobre cómo las sociedades pueden reconciliar su pasado con un presente tumultuoso, aspirando a un futuro donde coexistan armoniosamente los valores antiguos y nuevos. Pepetela nos ofrece una visión esperanzadora y profundamente humana de lo que significa luchar por un mundo mejor, haciendo de esta novela una lectura esencial para aquellos interesados en las dinámicas de la guerra, la paz y la evolución cultural.