En "Penélope y las doce criadas", Margaret Atwood se sumerge en la mitología griega para reimaginar la clásica "Odisea" de Homero desde una perspectiva fresca y feminista. Publicada en 2005, esta novela corta forma parte de la serie de mitos de Canongate Books, donde destacados autores contemporáneos reinterpretan antiguos relatos. Atwood, conocida por su habilidad para entrelazar narrativas complejas con temas profundos, no decepciona en esta obra que explora la voz y el silencio de las mujeres en los mitos.
La historia se centra en Penélope, la devota esposa del héroe Odiseo, quien es conocida en la mitología por su lealtad y astucia al esperar el retorno de su esposo durante veinte largos años. Sin embargo, Atwood va más allá del relato homérico, presentando a Penélope en el Hades, donde reflexiona sobre su vida pasada, la traición, y su relación con la infame Helena de Troya. A través de sus ojos, descubrimos una mujer más compleja y matizada, cuya historia es tan heroica como la de su esposo.
Un elemento distintivo de la novela es el coro de las doce criadas de Penélope, quienes fueron ejecutadas por Odiseo al considerarlas traidoras. Estas criadas interrumpen la narrativa para ofrecer su versión de los hechos, utilizando diversos estilos literarios como canciones, lamentos y juicios. Este coro no solo sirve como un contrapunto a la narrativa principal, sino que también destaca las injusticias sociales y de género, cuestionando la moralidad de los actos de Odiseo y las estructuras de poder en la antigua Grecia.
Atwood explora temas como la autoridad de quien cuenta la historia, la doble moral respecto al género y la clase, y la búsqueda de justicia, tanto en la antigüedad como en tiempos modernos. La novela no solo reescribe un antiguo mito, sino que también invita a reflexionar sobre cómo las historias son contadas y quién tiene el derecho a contarlas.
"Penélope y las doce criadas" ha sido traducida a 28 idiomas y publicada globalmente, alcanzando altos puestos en listas de best sellers en Canadá. A través de esta obra, Atwood no solo ofrece una voz a figuras históricamente silenciadas sino que también desafía al lector a reconsiderar viejos relatos desde nuevas perspectivas.