Qué fue de los Mulvaney es una novela imprescindible de Joyce Carol Oates, publicada originalmente en 1996 bajo el título We Were the Mulvaneys. La obra nos invita a cuestionarnos el destino de una familia aparentemente perfecta que habita en la idílica y caótica High Point Farm. Desde las primeras páginas, el lector siente una inquietud latente, un presagio de que algo oscuro acecha y transformará la vida de los Mulvaney para siempre.
La narración nos llega a través de Judd Mulvaney, el hijo menor, cuya perspectiva es esencial para construir una conexión íntima con la familia. Judd, quien además es periodista, teje sus propios recuerdos con relatos escuchados y recreados, ofreciendo una visión omnisciente que nos sumerge en los pensamientos y emociones de cada miembro de la familia. A través de sus ojos, conocemos a los Mulvaney: los padres, Michael y Corinne, y los hermanos mayores, Patrick, Mike Jr., y Marianne, cada uno con personalidades únicas y complejas.
A medida que la historia avanza, somos testigos del crecimiento y la evolución de los Mulvaney, y de cómo un evento traumático desata una serie de reacciones en cadena que desgarran el tejido familiar. La novela aborda temas como la injusticia, el silencio, la culpa y la necesidad de aceptación social. Oates despliega con maestría la desintegración y la lucha interna de cada personaje frente a las fuerzas sobrehumanas y fuera de control que amenazan con destruir su mundo.
El relato es un profundo análisis de las relaciones familiares, donde el orgullo y la vergüenza se entrelazan con los prejuicios y la cobardía. La pregunta que Judd lanza a su hermano Patrick, “¿Por qué les acusas si solo son ranas succionadas hasta la muerte por arañas de agua?”, refleja la impotencia y la lucha interna de la familia ante las circunstancias adversas. La autora captura con precisión la esencia de ciertas zonas de la América profunda, destacando comportamientos universales que resuenan más allá del ámbito local.
Oates nos ofrece una novela minuciosa y rica en detalles, que obliga al lector a convivir con los Mulvaney, a reír, llorar y desesperarse con ellos. La obra es un reflejo de la complejidad humana y la fragilidad de las relaciones, donde la superación personal y familiar se convierte en un proceso arduo pero necesario. Al cerrar el libro, nos queda la sensación de haber compartido no solo una historia, sino una vida entera con los Mulvaney.