"Que nadie duerma", la novela de Juan José Millás, nos introduce en el inesperado cambio de vida de Lucía, una programadora informática que se ve obligada a reinventarse tras perder su empleo. En un giro del destino, Lucía decide convertirse en taxista, una elección que marca el comienzo de una serie de eventos tan extraordinarios como cotidianos que redefine su existencia. Ambientado en las calles de Madrid —o quizás de un Pekín imaginario—, el relato se despliega al ritmo de la ópera "Turandot" de Puccini, reflejando la intensidad dramática de la vida de Lucía, quien se ve a sí misma como la protagonista de esta ópera.
La narrativa de Millás, conocida por su habilidad para entrelazar lo real con lo surreal, brilla intensamente en esta obra. La ironía, el desdoblamiento del yo, y la exploración de las múltiples facetas de la realidad son elementos que el autor maneja con destreza para sumergirnos en una historia donde la soledad y las revelaciones sobre la vida se entrecruzan con una verdad inmutable: nuestra percepción de la realidad es siempre una reconstrucción subjetiva. Lucía, en su nueva vida, espera pacientemente la oportunidad de reencontrarse con un vecino desaparecido por quien ha desarrollado un profundo afecto, añadiendo una capa de amor y terror a la trama.
Millás utiliza un lenguaje ágil y accesible que facilita la inmersión en la historia, a pesar de sus giros inverosímiles y su final arrebatador, manteniendo al lector entretenido y comprometido. Aunque la novela pueda ser vista como una incursión en el realismo mágico, es precisamente este juego entre la ficción y la realidad lo que propone un desafío intrigante. La novela ha sido comparada con películas como "Cisne negro" y "Birdman" por su exploración de la psique y la delgada línea entre la cordura y la locura, temas que siempre han fascinado a Millás.
En "Que nadie duerma", Juan José Millás nos ofrece un viaje literario que, aunque pueda parecer estrafalario, busca ante todo entretener y provocar la reflexión sobre cómo internamente procesamos y vivimos nuestra realidad. Es una invitación a mirar la vida desde perspectivas insólitas, donde el asombro nunca cesa. A pesar de las críticas sobre la capacidad del autor para retratar genuinamente la feminidad y la sexualidad de su protagonista, la novela se mantiene como un testimonio de su talento narrativo y su capacidad para crear personajes memorables y situaciones que desafían nuestra comprensión del mundo.