En la evocadora y melancólica ciudad de Ribanova, Cósimo Herrera, un renombrado escritor perpetuamente nominado pero nunca ganador del Nobel, busca refugio y tranquilidad lejos del mundanal ruido. Su llegada a este enclave brumoso no solo marca el inicio de su retiro, sino que también desencadena una serie de eventos que entrelazan su destino con el de los habitantes locales. Entre ellos, Luisa, una joven veinte años menor, quien desde su primer encuentro con Cósimo se ve irremediablemente atraída hacia él, cultivando un amor apasionado y, a todas luces, imposible.
"Que veinte años no es nada" no se limita a ser la crónica de un amor no correspondido, sino que se despliega como un relato de iniciación y un profundo estudio de caracteres y relaciones humanas. Marta Rivera de la Cruz, con su pluma excepcional, teje una narrativa donde cada personaje secundario brilla con luz propia, sugiriendo que cada uno de ellos podría ser el protagonista de su propia historia. Esta novela no solo explora la complejidad de los sentimientos y las conexiones personales, sino que también pinta un retrato vívido de una comunidad, con sus pequeñas tragedias y alegrías cotidianas.
La autora, conocida por su habilidad para encontrar lo extraordinario en lo cotidiano, maneja con maestría un tono a veces tierno, otras irónico, pero siempre empático. La novela, ambientada en un tiempo casi mítico y difícil de definir, construye un mundo narrativo rico y envolvente, donde los detalles desempeñan un papel fundamental en la construcción del ambiente y la profundización de los personajes.
A través de las páginas de "Que veinte años no es nada", Marta Rivera de la Cruz invita a los lectores a sumergirse en una historia que, aunque centrada en un amor imposible, revela las muchas facetas del corazón humano y la imperiosa necesidad de conexión. Esta obra no solo confirma el talento de Rivera de la Cruz como una de las voces más destacadas de la literatura contemporánea española, sino que también ofrece una reflexión sobre la vida, el amor y la inevitabilidad del cambio.
Con una narrativa que fluye con naturalidad y un enfoque que celebra la humanidad en todas sus formas, "Que veinte años no es nada" se posiciona como una lectura imprescindible para aquellos que aprecian las novelas que exploran la profundidad emocional y la complejidad de las relaciones humanas, todo ello enmarcado en una atmósfera poética y evocadora.
