En "Retrato de un bañista", Julio Llamazares teje una narrativa poética y visual que trasciende los límites convencionales de la prosa. Escrito originalmente en 1996 y basado en uno de sus últimos poemas, este libro se convierte en el guión de una película rodada en los mismos escenarios que inspiraron su creación. La historia se desenvuelve alrededor del vaciado del embalse del Porma, un evento que parece haber ocurrido por azar, pero que permite al equipo de rodaje y al propio autor explorar y documentar un paisaje que, temporalmente, ha quedado al descubierto.
La obra explora la relación entre el espacio y la memoria, entre el paisaje y la identidad personal. A través de un lenguaje que oscila entre lo lírico y lo descriptivo, Llamazares nos invita a contemplar no solo la transformación física del entorno, sino también las huellas emocionales y históricas que emergen en este proceso. El "bañista", figura central del relato, simboliza la conexión humana con el agua y la tierra, sirviendo como un punto de reflexión sobre la naturaleza efímera de nuestra existencia y las marcas que dejamos en el mundo.
Este libro no solo captura la esencia de un momento extraordinario, sino que también desafía al lector a considerar cómo los cambios en el paisaje pueden reflejar o provocar cambios internos. "Retrato de un bañista" es una meditación sobre la impermanencia, la pérdida y la belleza, hilvanada con la habilidad literaria distintiva de Llamazares, que combina la precisión del poeta con la profundidad del cineasta.
Publicado por Del Oeste Ediciones, este trabajo no solo es una contribución significativa a la literatura contemporánea española, sino que también ofrece una ventana a la interacción entre literatura y cine, mostrando cómo la poesía puede transformarse en imagen y cómo el paisaje puede convertirse en un personaje más de la narrativa. "Retrato de un bañista" es, en última instancia, una invitación a mirar más allá de lo visible y a encontrar lo sublime en lo cotidiano.