Un año después de los turbulentos acontecimientos en el cementerio de Highgate, la vida de Christian sigue siendo un torbellino de emociones y desafíos. Su relación con Alexia es intensa pero frágil, asediada por la constante amenaza de que ella desaparezca sin previo aviso, manteniendo siempre un velo de misterio sobre sus verdaderas intenciones. La incertidumbre sobre el futuro de su amor se convierte en una sombra constante en la vida de Christian.
Mientras tanto, los cuatro pálidos, el grupo al que pertenecen Christian, Robert y Lorena, se enfrentan a una nueva y perturbadora realidad. Su distintivo estilo de vida, marcado por rituales oscuros y una estética particular, ha sido usurpado por un nuevo grupo de jóvenes que tergiversan sus principios. Este grupo emergente, liderado por la camaleónica y vengativa Alba, ha adoptado una apariencia gótica y parece decidido a enfrentar a Retrum en una batalla de ideologías.
Alba, consumida por el despecho tras no haber conquistado el amor de Christian, se ha transformado en la cabecilla de este clan rival. Su objetivo parece claro: destruir a Retrum y reescribir las reglas de un juego que alguna vez fue un secreto bien guardado. La tensión entre ambas facciones se intensifica, y el inevitable enfrentamiento se prepara para estallar en el escenario de una discoteca en Barcelona.
En este nuevo entorno, Christian y sus amigos descubren con horror que la esencia de Retrum ha sido corrompida. La nueva fiebre que se ha apoderado de los jóvenes no busca el contacto espiritual y el consejo de los muertos, sino que se ha convertido en un espectáculo vacío y peligroso. Los valores originales de hermandad y sabiduría se han perdido en una maraña de rivalidades y superficialidad.
Christian se encuentra atrapado entre el amor incierto por Alexia y la responsabilidad de preservar la verdadera esencia de Retrum. La historia se desarrolla con un ritmo trepidante, mientras los personajes se enfrentan a sus propios demonios internos y a la amenaza externa que representa el clan de Alba. La nieve negra que cubre sus vidas no es solo un símbolo del invierno que se cierne sobre ellos, sino también de la oscuridad que amenaza con devorarlos. La pesadilla no ha hecho más que empezar, y Christian debe decidir si está dispuesto a luchar por lo que realmente importa.