En 1910, Virginia Woolf conoció a Roger Fry, un hombre excéntrico y carismático que irrumpió en su vida y en la de los miembros del Grupo Bloomsbury, llevando consigo un espíritu innovador que pronto se materializaría en el Omega Workshop. "Roger Fry" es una biografía que no solo relata la vida de este influyente artista y crítico de arte, sino que también explora su impacto en la vida y obra de Woolf. Escrito con una mezcla de admiración y detalle meticuloso, el libro narra cómo Fry, con su aire despreocupado y su bolsillos llenos de pinceles, introdujo a Woolf en el mundo de la pintura moderna, específicamente a través de las obras de Cézanne, enseñándole a mirar el arte —y la vida— desde una perspectiva que desafía las convenciones cronológicas y narrativas tradicionales.
La influencia de Fry fue tan significativa que tras su muerte, Woolf decidió honrar su memoria con este texto. A través de su pluma, Fry es presentado no solo como un reformador del arte, sino como un ser humano complejo y profundamente apasionado por lo que el arte representa y comunica más allá de lo obvio. La biografía detalla la colaboración y las tensiones dentro del Grupo Bloomsbury, así como los esfuerzos colectivos por redefinir la estética y la función del arte en el contexto de la modernidad.
"Roger Fry" de Virginia Woolf no es solo una crónica de la vida de un hombre, sino también un reflejo de cómo las interacciones personales pueden profundizar nuestro entendimiento del arte y alterar irrevocablemente el curso de la expresión artística. Con un lenguaje que evoca tanto la sensibilidad de Woolf como la de Fry, el libro se convierte en un testimonio de la búsqueda eterna de la belleza y la verdad, tanto en el lienzo como en la escritura. La obra es un tributo a la idea de que la esencia del arte radica en cómo se presenta al mundo, más allá de lo que explícitamente muestra.
Publicada por Lumen, esta biografía no solo ofrece una mirada al desarrollo del arte moderno a través de uno de sus protagonistas menos convencionales, sino que también proporciona una ventana a la evolución de Virginia Woolf como escritora bajo la influencia de Fry. Es una exploración conmovedora y profunda de la amistad, la mentoría y el cambio incesante en el mundo del arte, invitando a los lectores a contemplar no solo la obra, sino el proceso y la perspectiva detrás de ella.