En "Sin miedo ni esperanza", Luis Alberto de Cuenca nos sumerge en un viaje lírico que abarca seis años de creación poética, desde 1996 hasta 2002. A través de sesenta poemas estructurados en seis partes distintas, el autor madrileño profundiza en temáticas que oscilan entre el desencanto y una serena aceptación de la realidad, siempre bajo el lema de Isabella d'Este que da título al libro: vivir sin miedo ni esperanza.
El poemario es un reflejo de la evolución personal y artística de De Cuenca. Sin abandonar la oscuridad temática que ya exploraba en "Por fuertes y fronteras", aquí parece encontrar un equilibrio más maduro, aceptando la falta de esperanza como una forma de liberación y no de resignación. Los poemas exploran la complejidad del amor, la ineludible presencia de la muerte y la trivialidad de la existencia, todo ello sazonado con un fino humor que actúa como contrapunto a la gravedad de los temas tratados.
Además, el libro no deja de lado la cultura popular y los mitos clásicos, que De Cuenca reinterpreta con una voz contemporánea, demostrando su habilidad para fusionar el pasado con el presente en una síntesis poética que es tanto personal como universal. La inclusión de elementos mitológicos y referencias culturales enriquece la lectura, brindando múltiples capas de significado.
Formalmente, "Sin miedo ni esperanza" es una obra de gran rigor estilístico. De Cuenca juega con estructuras clásicas como el endecasílabo y el alejandrino, adaptándolas a un ritmo que es distintivamente suyo. La edición del libro está cuidadosamente elaborada, incluyendo serigrafías de Eduardo Úrculo y un prólogo de Arturo Pérez-Reverte, lo que añade un valor artístico adicional a la experiencia de la lectura.
Este poemario no solo confirma a Luis Alberto de Cuenca como uno de los poetas más destacados de su generación, sino que también ofrece un testimonio elocuente de la búsqueda de sentido en una época de incertidumbres. "Sin miedo ni esperanza" es, en definitiva, una invitación a enfrentar la vida con valentía y sin ilusiones, hallando en la poesía un espacio para la reflexión y el consuelo.
