En "Todos los nombres", una obra intrigante del galardonado autor portugués José Saramago, nos adentramos en la vida de Don José, un meticuloso escribiente del Registro Civil en Portugal. A sus 52 años, soltero y viviendo en una casa anexa al registro, Don José lleva una existencia monótona y solitaria, marcada por su afición a coleccionar recortes y fotografías de personajes famosos. Sin embargo, su vida da un vuelco inesperado cuando, por un error burocrático, se encuentra con el expediente de una desconocida mujer divorciada, profesora de matemáticas de 36 años, que despierta en él una obsesión irracional.
La novela se despliega en torno a la desesperada búsqueda de Don José por esta mujer, a quien nunca ha visto pero de quien se enamora profundamente. A medida que profundiza en su búsqueda, descubre detalles de su vida: su infelicidad, su divorcio y finalmente su trágico suicidio. La búsqueda se convierte en un viaje obsesivo que lo lleva a confrontar sus propios límites éticos y morales, mientras se cuestiona el poder de la información y su capacidad para alterar vidas.
Los personajes secundarios enriquecen la trama con sus propias historias y conexiones con la mujer desconocida. Desde un conservador autoritario del Registro Civil, un farmacéutico desconfiado, hasta una señora mayor que revela secretos familiares oscuros, cada uno aporta piezas al rompecabezas de la vida de la mujer. Incluso un pastor de ovejas, que cambia las placas en el cementerio para confundir a los deudos, añade un toque surrealista y reflexivo sobre la memoria y la identidad.
"Todos los nombres" no solo es un relato sobre la obsesión y la búsqueda de identidad, sino también un profundo comentario sobre la burocracia y el poder de los archivos en nuestras vidas. A través de la meticulosa prosa de Saramago, la novela explora cómo la manipulación de la información puede transformar realidades, y cómo la línea entre la verdad y la mentira puede ser increíblemente delgada. Con su estilo característico, Saramago invita a los lectores a reflexionar sobre las implicaciones éticas de nuestras acciones y el impacto invisible que pueden tener en la vida de los demás.
Publicada en 1997 y escrita en su nativo portugués, "Todos los nombres" consolida a José Saramago como un narrador excepcional, capaz de entrelazar lo cotidiano con lo filosófico, dejando al lector reflexionando sobre los temas de identidad, memoria y el peso de nuestros actos.