En "Tumbas sin nombre. Una tragedia, un misterio, una investigación", Iker Jiménez nos sumerge en un enigma que combina elementos históricos con investigaciones paranormales, situado en el corazón de España. El libro inicia en abril de 1937, con el devastador asedio al Santuario de la Cabeza de Andújar, un evento trágico que dejó un saldo de doscientos muertos, incluyendo muchas mujeres y niños. Entre los desaparecidos se encontraba una familia entera, un matrimonio y sus cinco hijas, cuyos cuerpos nunca fueron reclamados y que ahora yacen en un olvidado cementerio de tumbas sin nombre.
Tres décadas más tarde, el misterio toma un giro inesperado en otro pueblo de la misma provincia, donde en la cocina de una casa de pastores, emergen unas efigies atormentadas. Estos rostros, formados en las zonas oscuras del cemento y sin ningún tipo de intervención artística humana, captan la atención de la prensa y pronto se convierten en un fenómeno de interés nacional. Sin embargo, la atención no tarda en transformarse en preocupación cuando el Gobierno y la Iglesia intervienen, intentando desacreditar el fenómeno y eliminar cualquier rastro del mismo.
Es en este contexto donde dos reporteros deciden profundizar en la conexión aparentemente imposible entre los sucesos de 1937 y las caras misteriosas. A través de una meticulosa investigación que emplea técnicas de policía científica y análisis informáticos, los periodistas empiezan a desenterrar pruebas que no solo vinculan ambos eventos, sino que también revelan un oscuro secreto de sangre y horror que ha estado oculto durante décadas.
Iker Jiménez entrega una narrativa fascinante que se mueve entre la investigación histórica y el thriller periodístico, explorando los límites de lo paranormal y lo científicamente explicable. "Tumbas sin nombre" no solo busca poner nombre a las caras sin identificar, sino también restaurar la memoria de aquellos olvidados por la historia, en un relato que desafía nuestra percepción de la realidad y nos confronta con los fantasmas de nuestro pasado.