"Un hombre que se parecía a Orestes", obra galardonada con el Premio Nadal en 1968 y escrita por el destacado autor Álvaro Cunqueiro, nos sumerge en una versión libre y profundamente original del mito clásico de Orestes, el hombre destinado a vengar la muerte de su padre, Agamenón. En esta reinterpretación, la acción se estanca tras el asesinato del rey mítico, dejando la venganza esperada en un limbo inesperado.
Orestes, consciente de su deber, se ve atrapado en el paso inexorable del tiempo sin que su venganza se materialice. La narrativa se desplaza entonces de los grandiosos temas de fatalidad y trascendencia a las sutilezas y dolores del día a día. El héroe de antaño, antes un joven atleta admirado por su hermana Electra, se transforma en un adulto que recorre el mundo de incógnito, encontrando en cada aldea razones para vivir más que para morir.
La trama se desarrolla en un tiempo indeterminado donde lo antiguo convive con lo moderno, creando un ambiente que solo podría ser plausible en sueños. En este escenario, nos encontramos con personajes y situaciones tan fantásticas como un hombre con dos cabezas, un caballo de madera que fecunda a la yegua de un abad, y un Egisto patético y temeroso que, obsesionado por la llegada de su vengador, adopta la fachada de un caballero andante sin lograr aplacar sus propios miedos.
Álvaro Cunqueiro, con su característico goce en el manejo del lenguaje y un humor sutil, teje esta historia sin prisa, permitiendo que su imaginación fluya libremente. A través de frecuentes digresiones y un relato lleno de ironía, el autor nos invita a reflexionar sobre la vida, el destino y las elecciones personales, alejándose del tradicional enfoque trágico del mito para explorar la humanidad en sus diversos matices.
"Un hombre que se parecía a Orestes" no solo reinventa un relato antiguo, sino que también desafía nuestra percepción de los mitos, recordándonos que incluso las historias más viejas pueden encontrar nueva vida y significado en manos de un narrador hábil. Esta obra es un testimonio del talento literario de Cunqueiro y su habilidad para fusionar lo real con lo fantástico, haciendo de cada página una ventana a lo inesperado.
