"Vestido para la muerte", escrita por Donna Leon y publicada el 10 de junio de 1994, es la tercera entrega de las novelas policíacas protagonizadas por el comisario Guido Brunetti. Ambientada en la enigmática Venecia, la trama comienza con el hallazgo inquietante de un cadáver en un vertedero. El cuerpo, perturbadoramente vestido con ropa de mujer y con el rostro desfigurado, pronto se convierte en el centro de una compleja investigación.
El comisario Brunetti, conocido por su sagaz intuición y meticulosa dedicación, se adentra en los ambientes más recónditos de la ciudad, donde travestis y prostitutas frecuentan la noche veneciana. Su investigación toma un giro inesperado cuando descubre que el fallecido es Leonardo Mascari, un respetado director de banco. Lo que inicialmente parecía ser un caso más de doble vida en los bajos fondos de Venecia, se convierte en algo mucho más siniestro cuando Brunetti descubre una conexión con la Lega della Moralità, una organización que promueve la fe y las virtudes morales, pero que esconde actividades ilícitas y corrupción en altos niveles del mundo financiero y eclesiástico.
A medida que la investigación se profundiza, aparecen más personajes con dobles vidas, incluyendo a un abogado del Vaticano encontrado en circunstancias comprometedoras. La trama se entrelaza con fraudes económicos, desvío de fondos y evasión de impuestos, elementos que Donna Leon maneja con maestría, envolviendo al lector en una densa red de intrigas y secretos. La ironía y melancolía, características distintivas del estilo de Leon, acompañan al lector a lo largo de esta oscura travesía por la corrupción veneciana.
"Vestido para la muerte" no solo es un paseo por el género de la novela negra, sino una exploración de la condición humana y las apariencias engañosas. Guido Brunetti, con su carisma y astucia, se consolida como uno de los personajes más queridos y complejos del género, invitando a los lectores a cuestionar la moralidad de aquellos que se presentan como pilares de la sociedad. En esta novela, Donna Leon combina con habilidad el misterio policíaco con críticas a los vicios sociales y a la corrupción, manteniendo la tensión hasta el último momento.