En "Y si habla mal de España... es español", Fernando Sánchez Dragó se sumerge en una crítica feroz y despiadada hacia la España contemporánea, partiendo de un sentimiento personal de hartazgo que, sugiere, es compartido por muchos compatriotas. El autor, conocido por su estilo directo y sin concesiones, utiliza este libro como un exorcismo de sus propias frustraciones y desengaños, erigiéndose en portavoz de un descontento generalizado hacia el devenir social y político de su país.
Dragó describe una España que ha degenerado de lo que él llama "la España Mágica" a "la España Hortera". Según su visión, el país ha sido tomado por la mediocridad, los valores torcidos y una cultura de la envidia y la deshonestidad. Los pícaros y ladrones, en este escenario, no solo evaden la justicia, sino que son elevados al estatus de celebridades, mientras que la integridad y la honradez se han convertido en rarezas, casi en defectos.
Desde esta perspectiva sombría, el autor no se limita solo a diagnosticar o lamentar la situación, sino que propone un "rearme de valores". Dragó hace un llamado apasionado a redescubrir y abrazar una versión de España que él considera auténtica y virtuosa—aquella que se esconde justo bajo la superficie, esperando ser revalorizada. Esta "patria secreta", según Dragó, es un lugar de respeto, apertura y alegría, cualidades que el autor insiste en que aún perviven en el corazón de la cultura española, a pesar de las apariencias.
Publicado en 2008 por Editorial Planeta, "Y si habla mal de España... es español" se presenta como un texto provocador que no busca complacer. Con su acostumbrada erudición y una prosa cargada de emociones intensas, Dragó desafía al lector a confrontar las sombras de la España actual y a reconsiderar los valores que definirán su futuro. A través de sus 370 páginas, el libro no solo critica, sino que invita a una reflexión sobre lo que significa ser español en tiempos turbios, y cómo se puede aspirar a una sociedad más íntegra y auténtica.
Este libro seguramente resonará con aquellos que se sienten desencantados con el estado de las cosas en España, así como con los lectores interesados en ensayos sociopolíticos escritos con fervor y una perspectiva personal muy marcada. Fernando Sánchez Dragó ofrece no solo una crítica, sino una invitación a redescubrir y revitalizar el espíritu de una nación.