"Yecla y sus hombres en mi memoria" es una obra evocadora de Azorín, seudónimo de José Martínez Ruiz, que nos invita a un viaje introspectivo a través del tiempo, explorando los paisajes y personajes que marcaron su infancia y juventud en Yecla, una pequeña ciudad de la región de Murcia. Este libro es más que una simple recopilación de recuerdos; es una búsqueda de identidad, un homenaje a la tierra que forjó su carácter y un reflejo del espíritu de una época pasada.
Nacido en Monóvar, Azorín pasó gran parte de su juventud en Yecla, donde estudió en el colegio de los Escolapios. A lo largo de sus páginas, el autor rememora con detalle las vivencias de aquellos años formativos. Las calles polvorientas, la arquitectura de la ciudad y las tradiciones de sus habitantes cobran vida a través de su prosa poética. Cada rincón de Yecla es descrito con una sensibilidad que solo un profundo conocedor de su entorno podría lograr.
Azorín no solo nos ofrece una visión detallada de los lugares, sino también de los hombres que conoció en su camino. Desde figuras familiares y amigos de la infancia hasta personajes ilustres de la comunidad, el autor entrelaza sus historias personales con las de aquellos que influyeron en su perspectiva del mundo. A través de anécdotas y retratos vividos, Azorín rinde tributo a esos hombres que, en su memoria, representan valores de trabajo, integridad y sabiduría. Sus relatos no son meros ejercicios de nostalgia, sino reflexiones sobre la naturaleza humana y el paso del tiempo.
La obra también explora las tensiones políticas y sociales de la época, reflejando la evolución ideológica del autor desde sus primeros contactos con el krausismo y el anarquismo hasta su posterior carrera política como diputado. Azorín utiliza su experiencia personal para ofrecer un cuadro más amplio de la España de finales del siglo XIX y principios del XX, un país en búsqueda de su identidad en medio de cambios profundos.
"Yecla y sus hombres en mi memoria" es, en esencia, un testimonio de amor a una tierra y a su gente. Azorín captura la esencia de Yecla con una claridad y profundidad que resuenan con el lector mucho después de haber girado la última página. A través de su estilo lírico y profundo, el autor deja un legado imperecedero de sus raíces y de la España que tanto amó.